2006/12/19

Invisible

No pienso caminar
Detrás de cada solución
Yo prefiero flotar
Acariciando la ciudad

Yo soy invisible y nadie puede lastimarme
No tengo densidad, sólo puedo cantar

(Grillo Villegas)

El domingo, alguien me dijo que soy "invisible", que le parece bárbaro todo esto del blog, pero que igual, no digo que soy Camila y que en vez de eso, utilizo un nickname, que seguramente nadie relaciona conmigo. Me sugirieron buscarme un editor, dejar de escribir huevadas y rescatar lo que sí es bueno (a ojos de mi crítico, las cosas que cuento de la vida, no mis poemas ni otros textos). A partir de las palabras de este joven guitarrista (Gigio, Rocktrotters), empecé a pensar en eso de ser visible o invisible. No por darle mucha bola a palabras que a lo mejor no tienen un fundamento o un sentido. Sino, porque considero que un blog es un excelente vehículo de expresión y cumple con una función bien interesante de conectar personas y, a mi juicio, lograr la retroalimentación viva de cuanto cada quien expone en su página. Y me vino a la cabeza esa canción "Invisible" del Grillo. Cuántas veces pensé en poder llegar a ese estado y flotar, sin densidades de ninguna clase... Viajar sin tiempo ni espacio, cantar, hablar. Ojalá!
El comentario de quien leyó una sola vez mi blog me ayudó a comprender que me reconforta y me enriquece inmensamente haber abierto este espacio para dejar mis palabras, que a lo mejor tocan a algunos; a otros por ahí les parece que son bobadas o sencillamente el lector dirá: "qué bien, he leído algo de la puta hoy".

2006/12/15

Vampiro sin pedigree

Despierto cada mañana
al lado de tu cuerpo
– de los restos de tu cuerpo –
y tu memoria.

Despiertas a mi lado
ser alado
cubierto con papeles y firmas.

Tu cuerpo vuelto nada
tus huesos aplastados
astillados de la noche.

De tu memoria frágil
regresan los besos
con nombres y apellidos,
que no son los míos.

Retomas el olor de esa entrepierna
devorada en medio de gritos
y de sangre,
vampiro tercermundista
de este siglo y sin pedigree.

63


Entre nosotros,
los cuadernos de tu sequía.

El tiempo
no de luna llena.

Llena yo pero no
de tu amor cometa.

11




Tus ojos
quieren que te salve.

Este abismo
es lo único que ofrezco.

Heavy Metal - Jan Saudek


Esta foto me acompaña desde hace años. Le tengo un especial afecto. Gran Saudek.

2006/12/13

¿Que pasa?

No sé si será que el ambiente está caldeado con tanta mierda política de las recientes semanas, o será que ya de verdad estamos alcanzando unos niveles de intolerancia tan grandes, que estamos empezando a perder la compostura.
Anoche me fui al Café Berlín a tomar algo con un amigo, así como para relajarme un cacho antes de ir a mi casa. Todo iba bien hasta que una niñita hermosa entró tocando una armónica para pedir unas monedas. Se me acercó y me pidió que le invite algo de comer. Así lo hice y en lo que estaba con la niña, se acerca el mozo y le dice: sabes que no tienes que estar aquí. Y le digo al joven: está conmigo y se va a ir en un rato. El tipo se calló. Y al instante, otra niñita que no tenía más de cuatro años, entró al boliche y el mozo, con una torpeza absoluta, la tomó de los bracitos y tras sacudirla como a costal, la sacó a empujones. Eso ya fue demasiado. Nadie en el lugar dijo nada, sólo yo. Armé un escándalo y la evrdad, no me da verguenza.
Me parece terrible que un hombre de unos 28 años, digamos que ningún alfeñique, se ponga a zamaquear de esa manera a una pequeña, alegando que si no saca a "estos" del boliche, sus jefes le llaman la atención.
Bastaba con decirle que salga. La torpeza, esa violencia y hasta rabia que noté en su expresión estaban demás.
Hay tanto de eso, todos los días en todas partes. Intolerancia, racismo, agresividad. Cada día aumenta la dosis. Cabría reflexionar un poco y empezar a pensar qué nos está pasando.

2006/12/12

A cerca de una nota publicada en la revista Cosas

Me siento un poco molesta después de ver una nota publicada en la edición de navidad de esta revista. La nota titula " Papá Noel compartió con los niños". Cito textual: "En un rápido y mágico recorrido, el Viejo Pascuero se fue por distintos centros de La Paz y Santa Cruz, donde compartió con decenas de niños que se mostraron sorprendidos y muy contentos por su inesperada llegada." Los centros, no son el Hospital del Niño, o la Gota de Leche. Y las caritas de sorpresa, no son las de niños pobres, precisamente. Son guarderías de la zona sur de La Paz. Lamentablemente no tengo las fotos para documentar más esto que escribo. No quiero juzgar a nadie, no es lo mío, pero la verdad, me tocó profundo.
Conversando con un compañero de trabajo, la pregunta de ambos fue: ¿por qué no llegan a los niños pobres? Y la mía: ¿por qué no sorprenden a esos niñitos del Hospital del Niño que están necesitados de dosis exageradas de afecto? No pretendo escribir un discurso político acá, pero esta nota me dejó pensando... No sé dónde quedó la sensibilidad social de la que tanto se jactan en la mentada revista. ¿Será que no es publicable la carita de un niño pobre en una edición en la que se muestra la exacerbación del consumo? ¿O será que Papá Noel no llega a esos lugares? Yo nomás pregunto.

2006/12/11

Una vez más… “cantando, soñando…”

Este último jueves, dejando de lado las obligaciones, me fui al concierto de Llegas en el Municipal. A pesar de la lluvia y de un frío que empezó a hacerse sentir justo al salir de mi trabajo, pude llegar, feliz como cada vez que escucho o asisto a un concierto de una de mis dos bandas bolivianas preferidas (la otra es Gogo Blues).

Este concierto me trajo muchos recuerdos. El principal, el Escala de Mano, aquella iniciativa de Proaudio, donde tuve el gusto y el honor de trabajar y donde muchas de mis relaciones vitales se afianzaron o se iniciaron.

Estoy hablando de noviembre del 2000. Fue un despliegue de gente, entre músicos, organizadores, ingenieros de sonido, seguridad… Realmente, un gran evento, del que hasta hoy mantengo un nutrido anecdotario.

Llegas se presentó la segunda noche. Tuvimos que doblar función. Había tal cantidad de gente haciendo fila afuera del Teatro, que nos empezamos a preocupar, pues en determinado momento, los fans empezaron a impacientarse y no faltó quien empezó con las patadas en las puertas del recinto. Las señoras de la boletería estaban muy nerviosas y en eso llegó alguien, creo que fue Walter Gómez y se optó por la función de noche. Creo que nadie imaginaba tal éxito. Dobletear un acústico no es tarea fácil; sin embargo, el Grillo decidió hacerlo, por supuesto con todas las pilas de sus músicos. Sabíamos que sería más trabajo, más horas, más control, más explicaciones al Director del teatro. Pero la emoción de sentir que lo que estábamos haciendo fue una super movida, creo que nos alentó a todos.

No sé si el Grillo se acuerda, pero pasó algo tan divertido. Resulta que al final del concierto de tanda, para cerrar anunciaron Raquel, una de mis preferidas. Entonces, le pedí al cuerpo de seguridad que por favor me cubrieran si hacía falta y yo me escapé un cachito a la platea, para escuchar la canción. Justo cantaba Oscar García y el Krauss, por ende no me iba a perder la versión en vivo.

En mitad de la canción, uno de los chicos de seguridad me toca el hombro y me dice: la llama el Arquitecto (director del teatro). Dice que se trata de algo demasiado importante. Renegando, por supuesto, subí a la oficina del Arqui y a la entrada veo sentaditos a un chico y una chica. No tenían ni 18. El jefe de seguridad estaba ahí junto a ellos. Resulta que este par de perlas, morían por escuchar Raquel, pero no tenían entradas. No tuvieron mejor idea que meter de una patada la puerta que conecta el Teatro de Cámara con el Municipal. La señora de la limpieza los vio y obvio, los acusó. Pobres chicos, tuvieron que cumplir con unas tareas impuestas por el Arquitecto para reivindicarse y evitar ir presos.

Como esa, hay miles de historias. La otra es mejor. La última noche, al finalizar el concierto de Pateando al Perro, un amigo me preguntó, en qué podía ayudar. Le dije que teníamos que recoger todo, los cables, los equipos y llevar todo a Proaudio. Yo estaba con Oscar en el escenario, conversando con el director del teatro, y en eso veo al chango este cargar el busto de Alberto Saavedra Pérez que estaba en el lobby. Fue caricaturezco, pues este flaquito cargaba un peso superior a sus fuerzas, cosa que sólo le pudo haber permitido la ingesta excesiva de alcohol. Tuvimos que marearle la perdiz al Erqui y yo salí disparada a detener al casi ratero que iba a terminar fija en cana si lo pillaban. Al final terminamos todos en una “fiesta inolvidable” en Proaudio.

Esta vez, durante todo el concierto, eléctrico (la segunda), recordé todas estas cosas y también extrañé la presencia de mi amiga Rocío en el escenario.

Me sorprende esta nueva banda, pues se trata de músicos realmente profesionales, muy buenos todos ellos. Benjamín Chambi, me impactó, definitivamente. Creo que ha alcanzado una madurez musical muy importante. Lo digo porque he seguido su tránsito por los distintos escenarios, con distintos grupos. Al margen de tocar la bata como un ídolo, canta, y lo hace bien, “cubriendo” las partes en que se necesitan voces femeninas.

Me quedo con la impresión de un Rodrigo Villegas mucho más sólido como músico. Esto lo noté durante todo el concierto, no solamente mientras tocaba la guitarra, sino también cuando se lanzó a interpretar dos temas él solito con su teclado. Especialmente “SOLA”, me dejó gratamente impresionada, pues no es un tema fácil y aún así, le metió nomás, de bolas. A este chico no se le agotan los recursos.

Otra vez, Llegas me trasladó a lugares maravillosos de mi memoria y de mi vida. Al Soca, a mis épocas de universidad, a toda esa gente linda que conocí al ritmo de más de una canción del Villegas.

Percibí también a un Rodrigo más alegre, más tranqui, tal vez más grande (no por los años, je). Creo que hasta brilla un cacho. No sé qué será, tal vez es que su corazón está lleno.

Le decía a la amiga con quien fui, que siento mucho orgullo por mi amigo, por el profesional que es y por la música que hace. Creo que es un músico bien plantado en la escena del rock boliviano. Son como 16 años que toca (no tengo un dato así super exacto) y siempre ha mantenido la excelente calidad en su música y sus letras, creo que para pesar de muchos (siempre leo comentarios con tan mala onda en su página y su blog…). No es fácil mantenerse en este mercado, con poca plata y con tantas cosas que le han pasado… Igual sigue creando, manifestando esa parte de su esencia que es realmente muy fuerte.

Si me pongo a escuchar todos los discos, desde el Huye (que gracias a Dios encontré en santa Cruz hace un par de años) hasta el Hidrometeoros, puedo decir (aunque no sé mucho de música), que ha habido una evolución bastante importante. Creo que su último trabajo es una muestra de las ganas de explorar nuevas melodías y armonías.

Me alegra que Rodrigo me arranque tantas palabras. Me pasa algo similar con Gonzalo Gomez, tema para otro post.

Salud Villegas! Esperaré ansiosa el DVD.

2006/11/28

Anoche

Te encontré sentado en medio de un sueño. Hablamos como siempre, de todo y nada. Tus ojos clavados en mis labios, que te sonreían sin parar, aun cuando decías tonterías.
Y al final, qué importa si son tonterías o no. Igual te quiero, igual te intuyo, así en medio de una madrugada fatigada, matizada con tus manos y el olor de tu piel.
Desperté pensando en vos. Como hace mucho no lo hacía, porque el tiempo te detuvo en algún rincón de la ciudad, entre tu soberbia y mi miedo.

2006/11/13

Te fuiste

"En medio de una noche extraña, llena de verborragia y lágrimas inentendibles hasta hoy, te fuiste. Me dejaste con el corazón en hielo; con la necesidad de tu abrazo y tu silencio, con ganas de salir corriendo del mundo y ya no regresar.
Tus puertas cerradas, un adiós anticipado en medio de un sueño. Tu silencio, tu encierro. No te alcanzo. La ansiedad se ha quedado instalada en medio del pecho. Ya nada suena igual hoy, ni hay olor, ni está tu voz grave, y tu manera de hablar pausada. Sólo la noche te regresa a mi lado y acompañas la cama fría, esta piedra y me arropas en las madrugadas antes de irte. Ya no regreses, que no consigo esperarte, el tren se alejó conmigo adentro. Más tarde, sacaré tu libro y leeré en voz alta cada fragmento, escuchándote susarrar en mi oído tus chispas de ingenio, tu risa estruendosa, trueno."

2006/11/08

Venas Negras

Un ensayo compartido, un tejido de tus palabras y las mías, un poema a dos manos, un cadáver exquisito, mi miel y tu hiel, un delicioso viaje compartido...

Venas negras, manto sepia,
ojos que en viaje negro muerden la espera.

El tiempo, cruz
tu cuerpo, ausencia,
una voz apenas
en medio del pecho.

El eco rojo de tus yemas,
huesos de arpa tallando venas.
Tu canto que duerme,
el hilo tibio de versos en lengua,
jugando con las sábanas,
jugando en esta ausencia.

En medio de la madrugada,
despiertas, con sed de un muerto.
Se congelan las lágrimas y continúas
tu danza, ritual de espera.

La noche no acaba,
vuela en espiral por este encierro
y te nombro:
Seco,
rojo,
húmedo...

2006/11/01

En cuanto a este dia...


Hoy, sin intención poética, he decidido escribir un poco más a cerca de lo real. A veces la poesía se me hace demasiado agotadora, pues demanda una serie de cosas. Y hoy es un día más o un día menos, quién sabe. Me desperté pensando en que es Día de los Muertos. Hace tiempo que no prestaba mucha atención a los feriados, a esas fiestas que nos hacen descansar y a veces olvidamos de qué se tratan. La vida laboral, el estrés, este insoportable frenesí en el que vivimos, dejando que se nos alojen en el cuerpo los ruidos del tráfico (esas insoportables bocinas inútiles); el insoportable sonido del teléfono (línea baja y celular), el rumor de miles de voces, que al final del día se repiten en la mente justo antes de dormir y una ya cree que se está volviendo loca (llegas a escuchar voces) y encima haces un repaso de tus actividades del día siguiente, y claro, tienes pesadillas. Todo eso hace que olvidemos lo esencial, que dejemos de lado ciertas cosas importantes. Y sí, resulta que para mí, hoy Día de los Muertos, es muy especial. Considerando lo anterior, le pedí a mi madre que hiciera pan (unos bizcochos que mejor no describo, porque se me hace agua la boca). A la hora de almuerzo, me puse a buscar las fotos de mis muertos. Encontré casi las de todos, menos la de mi amigo Cala. De todas maneras lo recuerdo mucho hoy, con cariño, y sólo tengo su mejor sonrisa en la memoria. Hice un altar, con pancitos, fruta, dulces, vino, flores. Y por supuesto las fotos de los abuelos muertos (todavía tengo el lujo de tener a la Mama Grande viva), de las tías. Pasó algo en cuanto terminé de hacer los arreglos en mi altar. Tras que me dí la vuelta, una de las copas de vino se había caído y derramado. Me di cuenta entonces, de que nadie podía ser responsable de aquello. Tal vez mis muertos, agradeciendo. Me dio satisfacción, pues de esa manera, se hicieron presentes.
Recé un poco, puse velas y brindé con ellos, por su legado en mi vida, por la enorme alegría de haberlos tenido cerca y hoy, aunque no están en cuerpo, están en alma. Brindé por la vida, hermoso paquete de brillos y sombras. Alcé la copa también por la muerte, tan temida y odiada, pero símbolo de renovación.
Hago votos para que este día de muertos me permita enterrar a otros que aún en vida, ya no están y hay que dejarlos partir con desapego para dar cabida a lo nuevo, a los nuevos, esos que no conozco todavía y seguro me esperan a la vuelta de esta esquina, para acompañarme en nuevas etapas.
Salud!

2006/10/17

En el café

Un ojo perfectamente maquillado. El marco de la imagen: una ceja espesa y definida. Distingo el perfil más claramente después del esfuerzo concentrado en descubrir la otra mitad, distinta, pero tuya.
Tu silueta abre un espacio entre la pared y el aire que respiras. Reposas el peso de tu espalda cansada. Se detiene el tiempo y ya no escucho ni el aleteo de la mosca que volaba por ahí. Me miras con ojos que no dicen nada, envuelta en tu noche, lejana. Te miro. Te canto un canto antiguo, mientras tejes mortajas de colores para tus ausentes, para llenar tus vacíos.

2006/10/09

Como el tango



Una vez más, Almodóvar me sorprende. Es lo que más me gusta de él, pues desde mi punto de vista es absolutamente impredecible en sus propuestas cinemetográficas.

Después de "La mala educación", esta vez nos trae una historia distinta a las otras. Pude reconocer en el filme a esas mujeres maravillosas que él siempre trabaja. Mujeres que encarnan sentimientos, principalmente.

Guión espectacular, al igual que la historia misma, entre mágica y real. Y la música, ni qué decir. Ese tango maravilloso, con matices flamencos que no dejaron de anudarme la garganta.

Vale la pena.

2006/10/04

Un estado...


Así estoy, casi plástica, sin ojos, sin color en los labios ni en las mejillas. Parece que me hubieran lavado la piel y el rubor, la cordura y la alegría. Otra vez.

Mientras suceden las cosas, hago un alto dentro mío. Río a carcajadas. Sabía que te irías, y en verdad nunca estuviste, ni te ibas a quedar.

Mientras.

Gira el universo, giro buscando estrellas fugaces. Un deseo o tres. Es lo mismo.

Tu sonrisa está guardada en la caja china, junto con tu voz, tus manos y el recuerdo de la crónica de lo que nunca fue.

De verdad, el amor no puede ser platónico.

2006/09/29

Desde el corazon

AEBEA



Bella,
luz eléctrica
tu cuerpo oasis.

Te traen las libélulas.
Hay una ciega alegría
un hambre de consumir
el aire que se respira,
la boca, el ojo, la mano;
estas pungentes cosquillas
de disfrutarnos enteros
en un solo golpe de risa...
(José Gorostiza)

... nosotros, los momentos breves y largos que nos desnudan un poco cada vez; esos instantes en los que quisiera sumergirme en un abismo. Olvidar un segundo quién soy, quiénes somos.
Dejarnos arrastrar por las aguas de un río caudaloso, sólo sintiendo la corriente, la fuerza de cada gota de agua, sin querer llegar a una orilla, con el interminable deseo de hundirme.
Todo esto me provocas, me despiertas, me sugieres, con tus manos que me tocan así como me tocan, cuando mi estómago deja de ser órgano y se hace vértigo para sólo sentirse firme con tu abrazo.

2006/09/27

Uno de Alejandra Pizarnik


CANTORA NOCTURNA

Joe, macht die Musik von damals nacht...

La que murió de su vestido azul está cantando. Canta imbuida de muerte al sol de su ebriedad. Adentro de su canción hay un vestido azul, hay un caballo blanco, hay un corazón verde tatuado con los ecos de los latidos de su corazón muerto. Expuesta a todas las perdiciones, ella canta junto a una niña extraviada que es ella: su amuleto de la buena suerte. Y a pesar de la niebla verde en los labios y del frío gris en los ojos, su voz corroe la distancia que se abre entre la sed y la mano que busca el vaso. Ella canta.

A Olga Orozco

2006/09/22

Potosi 2006


Fotógrafo: Rafa Carri

Potosí con sus calles estrechas y el olor a nostalgia. El aire es de otro siglo, las calles son de otro siglo. Cada cuadra que camino me lleva a otro tiempo y parece que la gente acá tiene la herencia de sus ancestros. Se vive esa época de esplendor en sus corazones, como una añoranza, como lo que fue y no va a volver a ser. La necesidad de crecer y desarrollarse y cargar a cuestas la maldición de la colonia y de la minería que se lleva las vidas hace siglos, de niños, adultos, ancianos, jóvenes; hombres y mujeres.

Desde este Café, en la esquina de la Plaza 10 de Noviembre, la única en bajada, revivo muchos recuerdos de otro momento, otras páginas de mi historia y en otro tiempo, que ha guardado fotos en full color, y algunas en sepia. Dos años que han pasado como si nada, y hoy, regreso acá, a tomar chocolate caliente y a añorar un poco el primer viaje, cuando me sentí ser parte de este suelo.

Pago la cuenta y salgo con ganas de encontrar otro sitio para vivenciar la ciudad, para sentir otras nostalgias que seguro se despertarán en cuanto me siente en otra silla.

Llego a la puerta de la Iglesia La Merced y subo hasta el techo de un Café Mirador. Distingo las construcciones de la ciudad, las tejas antiguas, las otras iglesias y desde este campanario, puedo ver el Cerro Rico, desde un ángulo que me permite distinguir su majestuosidad.

Me acompañan dos campanas. Una es enorme, bella, imponente. Regordeta y tallada se sujeta de un par de vigas antiguas con cueros de vaca, seguramente igual de antiguos. Se me parece a una madre. Y al lado, la otra campana, delgada, más fina, más joven en apariencia. Siento un enorme deseo de tocarlas, con el impulso de revivir algo. No sé bien qué. Y es así en Potosí. Me invaden deseos, ideas e imágenes que no sé de dónde vienen y si han existido antes o las he creado en mi cabeza, presa de tanta magia y de tanto aire antiguo que invita a inventar historias y a desear en lo más profundo del alma, haber vivido en Potosí hace 500 años.

Potosí, agosto, 2006

2006/08/21

21

Anoche he escuchado el paso del tiempo. Toda la noche.
En medio del silencio, a cántaros la nueva lluvia.
Tormenta de pieles y huesos.
Humedad,
deseo.

La noche
se ha instalado en medio
de nosotros,
rotos rostros
mirándose al espejo,
con un solo ojo.

Ha pasado el tiempo
y la lluvia ha dejado verde.

La Tigra

Presiento que de garras y heridas
Está hecha la oscuridad
Frente a frente
La tigra de la noche
Muerto de carcajadas
Silbando de miedo
Trepando
Conjurando en la rama del toborochi
íTigra! íTigra! La jochaba
íVen por la carne de mis ficciones!
íGuapa carnívora!
íGustadora de Jobati!
íJaguara hambrienta divina!
Hasta que entigrecida
Con fuego de monte
Toda colmillos
Toda electricidad
Se me apareció
Y...
(Jorge Campero)

2006/07/27

Todavia...

Hay cosas que a veces quisiera borrar de la cabeza y del corazón. Lamentablemente no se borran por arte de magia.
El tiempo es duro en eso, pues pasa lento, cuando quiero que sea como estrella fugaz. Y la vida sigue, y los días son los días y las noches igual que siempre, cuando llegas a tu cama, fría o caliente, no importa, y te pones a pensar en qué te sobra o te falta.
Tal vez tuviste un día maravilloso, o uno triste. Sencillamente, fue un día más... O un día menos. Depende. Cada quien se aumenta o se quita días en la vida.
El truco está en reírse de una misma. Reconforta, alimenta... No sé, es como una vitamina. Así que vamos con las carcajadas. Aunque empiecen forzadas, terminan siendo espontáneas...
Salud!

43

Serás alimento de los peces
hasta que queden tus huesos
monumentos de jade
brillando al sol.

Serás agua,
río de plata
con la última promesa
todavía a cuestas.

2006/07/14

Regreso a Comala


Muy breve fue mi retorno a aquel maravilloso libro de Juan Rulfo, Pedro Páramo. Revisando mi biblioteca hace un par de noches, lo encontré y me puse a releer, presa de la necesidad de recordar la historia. Bastaron unas pocas páginas, y otra vez la misma sensación de la primera vez que lo leí hace muchos años atrás. Nuevamente la satisfacción de involucrarme con el autor, con el olor de las páginas, con esa historia maravillosa.

Y el regreso a Comala, me llevó a reflexionar sobre las relecturas. Y creo que definitivamente hay libros a los que uno siempre regresa, sea por el motivo que sea. Lo agradable es revivir esos momentos en los que el autor x llegó a nuestras vidas en el momento x. Y cada acercamiento, según la etapa de vida en la que estemos, es distinto.

Me pasa con Marguerite Duras, con García Márquez, Pizarnik; Benjamín Chávez, Jorge Campero, Olga Orozco. Poesía, novela, cuento a veces. Cada libro baja del estante para descansar entre mis manos, acompañarme y hacerme entender que la palabra es la clave.

Me dí cuenta también que hay bastantes títulos que no he empezado todavía. Entonces, se hace necesario robarle horas a las horas para alcanzar a leer tanto, tanto, tanto...

¿Qué tal un año libre en la vida sólo para leer y ecsribir? Sería fantastic, como dice Joan Manuel Serrat.

2006/07/11

26


Déjame dormir
aún muerta,
sobre las hojas.

Es mi sueño,
es la noche
inundando el espacio.

Inalcanzable es tu memoria
para la sal
en la herida
de tus ojos quemando mi vientre.

Y tu viaje incesante
donde habita
la memoria
de otros cuerpos
de nosotros
añejos ya de miedo.

Un silencio repentino.

Entre estas voces,
lágrimas podridas.

La noche,
los patos,
voz única
que salva.

Muerte
es seguro lo que viene.

He muerto tantas veces
en medio de las madrugadas y tus dientes.

He muerto tantas veces.

6

Soledad
inmensa piedra,
noche eterna.

Mis ojos pálidos
sin lágrimas,
noche eterna.

2006/07/10

Derrumbe


Se derrumbaron los castillos; se cayó el disfraz. Hoy nada es rosa: ni la vida, ni el amor, ni el algodón de dulce. Es tal vez porque es invierno y es julio. Y no sé qué tiene julio.

2006/07/05

Encuentro


Vivo a mil, con mil cosas en la cabeza: el trabajo, la familia; ¿terminaré el libro que estoy leyendo? (no tengo tiempo); el trabajo espiritual, limpiar mis cristales; comprar lo que hace falta en casa; ¿qué pasó con mi romance telefónico de los últimos días?; ¿y los sueños mojados que tuve anoche? (pecaminosos en absoluto, por suerte); ¿qué día me decidiré a darme un día libre? ¿y la creatividad?¿por qué no junto a mis seres queridos en una comunidad y vivimos todos felices?; ¿por qué a ó b?; todavía tengo que adelgazar 3 kilos; quiero viajar; extraño a mi hermana; mi ex se casa el sábado; la ex de un ex se casa el sábado (qué casualidad, y no nos vamos a emborrachar juntos); quiero cerrar círculos; mañana hay un evento; el cliente dijo que no, o dijo que sí; las añoranzas, las melancolías; las letras de canciones dando vueltas en mi mente; lo platónico se volverá o no real; quiero tomar fotos, muchas; ¿cómo me escapo de acá?; o mejor me quedo; me pintaré el pelo de azul, pero no mañana; quiero ir a Hawaii con el dueño de las alas; Cecilia se va en octubre; mis padres están envejeciendo muy rápido...

Y si me pongo a citar las otras cosas que andan rondando la pajarera, me mareo, me desmayo y no podría escribir ni una palabra más, pues mi cerebro explotaría en millones de partículas. Lo bueno es que quedaría el silencio absoluto.

Decido parar un rato la mano. Y me aterriza el encuentro con una maravillosa niña, que revive a esa mi niña interior, que estaba guardada en la caja china, bien arropada, cuidada, protegida. Pero no salía hace tiempo.

La adulta se había impuesto sin casi sentirlo, dejando atrás esas cosas pequeñas de las que nos alegramos los niños: un dulce, un regalo cualquiera, la sonrisa de la madre. Una caricia. Jugar con muñecas, los cuentos de hadas, las travesuras, las preguntas.

Mi niña y yo nos sentamos a comer algo y a conversar. Ojo que ella es de carne y hueso. No dejo de asombrarme cada vez que nos vemos, pues me traslada hasta mi infancia y todo, por un instante que se hace inmenso, se tiñe de muchos colores y se adorna con chispas, picardía, sonrisas y carcajadas.

Entonces, me bajo de mis 1.65 metros. Vuelvo a medir 1.50; tengo el pelo recogido en una cola de caballo, con el flequillo y todo; soy rellena, cachetona y feliz. Me interesan los cuentos de hadas, las muñecas, los juegos con mis amigas. Y estoy llena de preguntas maravillosas, igual que hoy, pero en otro tono.

Esta niña me cuenta de todo. Me da sus impresiones sobre la amistad, la familia, la vida. Me pone ejemplos, me dice cosas importantísimas que no supe leer a su edad. Por ejemplo, que hay preguntas que le puede hacer un ángel a un niño, porque los ángeles no huelen, no tienen cejas, ni ojos y quieren saber lo que se siente cuando se tiene frío, o calor. O qué pasa cuando uno recuerda u olvida algo. O, mejor todavía, que no tiene sentido estar buscando enloquecidas la vida en pareja, que eso llega en su momento.

Me cuenta que toma flores de Bach, para la impaciencia, para el miedo, igual que yo. Cree en la energía, igual que yo.

Le cuento que lo que le pasa con sus amigas, pasa siempre. Nos pasa a todos, y ella se siente contenida; con claridad absoluta reconoce que somos seres humanos y que no podemos etiquetar a nadie, y menos juzgar.

Me saca de la rutina, de los momentos nubosos en los que estaba en este día de julio, triste.

Me devuelve la alegría de saberme niña, de entender que más allá de la mujer está ella, mi niña interior, con su capacidad de dar y recibir; con esa picardía particular, con esa capacidad de arrancar sonrisas son sólo una pregunta o un gesto de complicidad.

Fluye en el aire, mientras conversamos, una luz muy blanca, que nos envuelve y nos empatiza y nos sitúa en una perfecta sincronicidad que me cuesta encontrar con mis pares.

Tengo la enorme bendición de poder verla y escucharla, vivenciarla y aprender más de ella.

Me cuesta describir esto que siento, pues resulta extraño, no me había pasado nunca hasta conocerla.

Somos espejos, una de la otra: ella es yo cuando tenía su edad; y yo soy ella cuando crezca. Yo la miro y recuerdo; ella me mira y proyecta.

Gracias a ese ángel que te puso en mi camino, Camila.

2006/07/02

67



Beber el perfume de tus labios
pequeños, cerrados.

Se huele tu miedo/hielo
me incrustas alfileres en el corazón.

Es gratis el dolor
cuando sé que eres la luna
o tienes alas
y desde mi jardín bizarro
no te alcanzo.

Te digo que te quiero
con mis manos,
mi voz ronca,
mis ojos quemados.

Insisto, amor,
te quiero:

vencido entre mis brazos
ardiendo,
eterno.

Hoy,
simplemente eres
platónico.

Alejandro Jodorowsky (ojo de oro)


Me seduce, me deja muda y de alguna manera me inunda de esas dudas agradables que invitan a continuar y continuar.
Es así la lectura de "La danza de la realidad", del tarotólogo chileno Alejandro Jodorowky. Una autobiografía, donde el autor descubre ante los ojos del lector, esos tránsitos por los que pasó hasta llegar a donde llegó después de años, de entender su vida, su universo, "el" universo. Después de despojarse de las figuras del padre y la madre, de la familia y todo cuanto aprendió en un entorno hostil, lejos de sentirse cómodo, sino atacado por sus seres más cercanos.
Un animal enjaulado, que mutó a pájaro con enormes alas, capaz de abrazar con ellas la desesperación de otros y transformarla, transmutarla y darle un lugar en el imaginario personal, para permitir un paso más ligero hacia el propio norte. El camino se hace desde adentro, es lo que entiendo. No importa qué pasa o qué transcurre, importa moverse desde el corazón. El aterrizaje es más suave.

Jaguar azul; perro amarillo



Animal sigiloso.

Tus ojos profundos,
animal de colores.

Mueres en mis manos,
bebo tu sangre:

un ritual.

Solsticio en Tiahuanacu

Un nuevo año. Cinco mil y...para los aymaras. No tengo el dato exacto. Importa y no...

Un frío desesperante al inicio, y después, soltarse, entregarse a la sensación, sin poner resistencia alguna. Dejar que la sangre se congele, sentir pequeñas cristalizaciones en las venas, subiendo y bajando, casi como gotas de lluvia en un parabrisas, en medio de una carretera.

Electricidad. Alojada en la planta de los pies, detenida, conectándome a la tierra en una perfecta comunión, en un lenguaje que se aprecia sólo estando en Tiahuanacu. Nada más. El silencio del cosmos, inundando el aire, en un baile estrafalario, que por instantes arranca lágrimas que regresan a la tierra, y se hacen barro.

Detrás de las ruinas, el sol. Majestuoso, creciendo a cada segundo, inundando el cielo, que deja que la noche se aleje, pero sin penas, con respeto, dando paso al nuevo día, al que indica el nuevo año y por qué no, la nueva vida.

Seescucha un sonido, tal vez la estática. Y con esto regresan memorias, vuelven viejos cuentos y otros nuevos se instalan en cada espacio del cuerpo, para hacerse más tarde historias reales.

Frío que corta, paraliza la respiración por un segundo. El aire se detiene. No hay palabras, sólo devoción.

Termina de nacer el sol, entre las montañas. Calienta alma y cuerpo, razón y sentimiento.

Durante ese segundo, que parece eterno, sólo siento conexión tierra cielo, cielo tierra, dentro de mí, como una cascada de emociones. Otra vez las lágrimas caen, más grandes tal vez, infladas de desapegos.

Se deja todo en ese instante, todo. Y toca ahora llenar esos espacios, con las cosas nuevas. Y eso está pasando justo ahora.

2006/06/14

Algunos pensamientos



Hace unos días, alguien oculto en los confines del pasado, regresó para hacerme notar que han pasado 10 años en mi vida.

No me había dado mucha cuenta, tal vez porque pasaron sin sentirlos. Cosa por demás agradable, pues me hace entender, que fueron buenos. Intensos, sí y mucho, pero muy lejos de ser pesados.

Y así va la vida... Pasa. El truco está en crecer, adueñarse de esos momentos sólo nuestros, que tarde o temprano se convierten en un libro, en esa historia de vida, esas páginas que existen para ser revisadas y atesoradas como testimonio vivo de quienes somos.

¿La realidad? No sé si existe o la inventamos. De pronto, la recreamos, con conciencia de otras vidas y otros lugares. Pasamos por muchos sitios antes de pisar este suelo. ¿Y eso es pasado? No lo sé. Tal vez se trata simplemente de información que cargamos con nosotros y se van descubriendo secretos, uno a uno. Esa es la magia.

¿Y el testimonio de la tierra? Miles de cosas... Como el ámbar, que atesora vida, atrapada en sus paredes transparentes.

El amante


Cuando escuché por primera vez algo de "El amante", estaba iniciando un viaje personal, pero esa es otra historia.

Mi amiga Bernarda, había llegado de Santiago, de vacaciones. Y entre las muchas novedades que solía traer con ella, puso este nombre en mis oídos, con una breve reseña. Me dijo que se trataba de una mega película que había visto. "Es fuerte", comentó. Y entendí mejor el comentario cuando la vimos una tarde de esas, en las que no hay nada mejor que estar con una amiga, compartiendo su magia.

La primera imagen que recuerdo de la película, es la de una jovencita, no más de quince años. Llevaba un vestido muy delgado, color malva, un cinturón delgado de cuero, abrazando su cintura. Su rostro, enmarcado en dos trenzas y cubierto del sol con un gran sombrero. La niña tenía una expresión sobrecogedora en la cara, mezcla de madurez y una adolescencia tenaz. Unos labios rojos, carnosos y los ojos grandes.

Luego, recuerdo las diferentes escenas, teñidas siempre de un color antiguo. A la vez (el director fue muy hábil), éstas despertaban los sentidos: olores, sabores. Lo más fuerte de todo, fue descubrir que a medida que transcurría la historia, se me iban moviendo los sentimientos y cada imagen, cada palabra vertida por los personajes, me remitía inevitablemente a lugares míos antes dormidos, que fueron despertando y dando pie a nuevas formas de entender mi realidad y mi vida en ese momento.

El cuadro se completó, cuando fui a Santiago a visitar a Bernarda, y encontré, en una librería, muy escondido en un escaparate, un libro con el mismo título de la película. No dudé ni un segundo y lo compré.

Si la película me había dejado muy impresionada, el libro significó algo todavía más intenso.

Conocer a Marguerite Duras, la autora de la novela que fue llevada a la pantalla grande por Jean-Jacques Annaud, fue una clave importantísima en mi incursión más seria y profunda en la literatura.

Esta mujer, con una historia de vida por demás intensa, ha sabido plasmar en sus libros, parte de su propia vivencia, llegando a veces a lo autobiográfico, en un lenguaje profundo y, para mí, por demás rico.

"El amante" me viene acompañando hace muchos años, creo que diez han transcurrido desde ese día en que empecé a leer el primer párrafo del libro. Y no me canso de regresar a sus páginas y descubrir siempre algo distinto: nuevos códigos, nuevas historias encubiertas en las ya leídas.

Una trama desgarradora, pero optimista al fin. Llena de sentidos y sensaciones. Una mezcla de culturas: la europea y la asiática. Conceptos de vida, de amor y de muerte. Contradicciones, misterios y humanidad.

No digo más, porque sería quitarle el encanto a la historia, que vale la pena conocer. Recomiendo leer el libro primero, y si tienen la suerte de encontrar la película, pues es el complemento para el plato fuerte. Y luego, vale la pena ampliar la historia con "El amante de la China del Norte", una exquisita segunda parte, que aparece para que el lector pueda responder preguntas que quedan dando vueltas en la cabeza tras la lectura de la historia inicial.

De Marguerite Duras hay mucho por decir. Pero eso es parte de otra nota.

Some nonsenses

58.
El último sueño,
un cuervo.

59.
El tiempo fugaz.

Vuelo detrás de tus besos.

En medio,
la noche,
el silbido del ave.

2006/06/13

En el cristal

A una hora del día
crecen alas en mis pies.

De noche regreso,
cansada.

Ya no hay anclas posibles.

Un acqua aura me acompaña
en medio de la soledad
de un espacio inventado,
re-creado/nuevo.

En el cristal se dibuja un fantasma.

Compañero en noches sin luna,
guía mis pasos.

He vuelto a nacer.