2007/01/29

Asi me lo han matado...

Doña Alina llegó de Trini para tratar de resolver un problema: hace dos años, su hijo de 10 años, fue asesinado. Diecisiete balazos perforaron su cuerpo delgado e inocente, en medio de un campo. El chico estaba en el lugar equivocado, en el momento equivocado, presenciando los negocios ilícitos de algún hacendado del Oriente. De pronto se armó la balacera y no hubo manera de escapar.
Como le pasa a mucha gente, en nuestro país y seguro en otros, esta mujer tiene que seguir viviendo con la idea de que el asesino de su hijo está suelto. No existe ninguna instancia que pueda ayudarla a resolver el asunto. Ni abogados, ni jueces, ni nadie.
Y no se trata de un asunto como un papel del banco que no te firman, o una equivocación en una letra de tu nombre en tu CI. Se trata de la muerte de su hijo. Se trata del dolor que esa mujer va a acarrear el resto de sus días porque no hay justicia.
Como siempre que la policía está metida, y las leyes y los abogangsters (no todos lo son, obviamente, y me excuso si estoy juzgando) las cosas quedan colgadas en el aire, sin respuesta y con la lamentable frase a la que nos vamos acostumbrando los bolivianos cada día más: "así nomás había sido".
La pobre Alina, víctima de la desesperación, para que la escuchen, tuvo que exhumar ella misma el cadáver de su hijo, para demostrar que había recibido los 17 balazos, de los cuales, 2 fueron los que le dieron muerte.
Tal vez no acabe el vía crucis, tal vez nunca consiga justicia, y menos reposo para su alma. Mínimo, aunque no sea un alivio para una madre, saber que el asesino de tu hijo está preso, te puede dar cierta paz.
Después de contarme su historia, se va, caminado despacio. Se da media vuelta y se despide una vez más con un abrazo, una sonrisa y los ojos tristes.

2 comments:

Vania B. said...

Qué impotencia! qué desesperación!!!! es una pesadilla que nadie quisiera vivir. Cuando la víctima es pobre y el victimador poderoso, se nota el desequilibrio de la justicia de los hombres. Me dejaste muy triste con esa historia.

Ambarviolenta said...

Vania: Yo también me quedé triste y con un sentimiento de impotencia tan grande... No hay manera de ayudar a esta señora, sabes? Quien mató al hijo tiene demasiado poder. Sin embargo, me ha dejado una enorme lección, y es la fortaleza de espíritu que ella tiene.