De salida

No me alcanza la piel
ni el tiempo

tampoco la respiración
para incorporar todo en mí

o el cuerpo se ha hecho viejo
o los días son demasiado cortos

la noche ya no es solidaria
y mis ojos se cansan
y tengo ganas de dormir

mañana la nieve
la oscuridad diurna/
esa que no he vivido
y no imagino

no hay vuelta atrás
mañana te extraño igual

Neblina

Cubres el paisaje de
mis ojos alejas
cuanto puedo imaginar detrás de
los tuyos acaso ya ciegos en
esta madrugada compartida a medias.

21

Una sombra
parecía corazón
ahora que latía

Eres mi tercer amor

-¿Cuál fue el primero? ¿Y el segundo?¿Cuándo? ¿Por qué me asumí como el primero o el único?
Esas sus preguntas, lanzadas así como respuesta a las afirmaciones del otro. "Eres mi tercer amor". Suena a frase hecha, a cliché de esos de chica fresa. Él, intentando salvarse de la mentira; ella, intentando no desfallecer a su nueva realidad. Y tampoco a la mentira. Porque no es cierto todo lo que le dijo esa noche, porque sencillamente nunca dejó de pensar en él ni va a dejar de hacerlo. No le da la gana. Punto.
-Las vidas paralelas no sirven. No funciona esperar nada. Toca conformarse con ser el tercer amor de alguien-, le dijo ella a su sombra. Ésta se quedó en silencio, no le pudo decir nada y tampoco quiso.
La noche otra vez la lleva lejos, la hace caer. Mientras más tropezones en el baile, mejor, más confusión. Escucha ecos solamente, residuos de ese antes acelerado y ecléctico, que los obligaba a compartir la demencia de dos tragos demás, de una vida demás.
Él, en cambio, moja sus ganas en las habituales copas de brandy, intentando olvidarse de ella, la que es tercera. -¿Para qué me olvido de ella si está en un lugar poco favorable, y se va a ir de mi cabeza de todas maneras?- Esa la estúpida pregunta, sin pensar en lo que fue o lo que hubo entre ellos.
-¿Y qué hubo?-, preguntó un payaso adormilado, sentado en la esquina del bar.
-Todo. Y nada-, respondió ella con los ojos aguados y el corazón latiendo fuerte. Luego sonrió y le dijo al payaso: - No importa lo que hubo. Sólo él y yo sabemos al final de cuentas, qué significó cada quien en la vida del otro.
Y ya cuando era casi de día, ella dejó el bar, regresó a su nueva vida, con un resto de recuerdos almacenados y un gran número tres esculpido en el corazón.

Desde esta espuma

De dónde sales, entre las brumas de esta ciudad confundida entre el olor de los escapes y la bulla de las bocinas.
Es de noche. Cuando te veo siempre es de noche. La misma nota en el pentagrama y en el piano, una vez, otra vez.
Tu voz me rescata del aturdimiento y me zambulles en nuevos misterios, en el espacio que quedó sin habitar hace ya tanto y que hoy volvemos a ocupar, así, de esta manera tan casual.
El olor del frío me hace pensar en tantos vinos y el amanecer. ¿Somos los mismos acaso? ¿O hemos regresado de algún viaje largo y ya casi nada nos parece real si nos miramos?
Me subo en un par de zancos y desde allí contemplo ese horizonte anaranjado a esta hora del día, esta en la que sigo sin dormir y ya no importa nada y te traigo de regreso, y te desenvuelvo el corazón de ese celofán tan frío y punzante. Te sientas a mi lado y tus ojos se encuentran con los míos. No puedo evitar tocarte y querer conjurar algún hechizo que nos deje guardados detrás de estos velos, solos, lejos de la curiosidad y la insistencia de los estados prohibidos de indecisión y dudas.
Hoy quisiera tener el mismo miedo de antes, no querer lanzarme de este edificio, detener mis pasos y bucear en la culpa si te beso. No hay sino una escafandra a mi alcance y un mar ansioso que me espera.
“No te muevas, quiero conservar este instante así…”

Tu

Vagar en este nuevo espacio. Sin preguntas, sin respuestas. Pararse en una azotea y tener ganas de volar. No se sabe bien hacia donde. Solamente volar. Deshacerse del miedo, de las ideas estancadas, de las buenas ideas, de los sueños y las ganas de ese cuerpo cerca _ mar profundo_ donde no te ahogas.

Esta vez la noche no te asiste. Esta vez no hay miedo ni emociones. Queda el recuerdo dando vueltas. No me canso. Y tu nombre no se aleja.

Altillo

Tengo el cuerpo agotado de una mariposa después de volar. No siento el aire en mis pulmones. ¿Había aire acaso entre barrote y barrote, entre las telas de arañas traviesas que indecisas se balanceaban? Las vi desde la orilla de esta jaula, desde la estructura amorfa de un sillón inventado por el polvo. El foco de la esquina hace las veces de reflector, iluminando este pequeño acto de magia. La noche profunda no deja espacios abiertos, ni un telón raído. Ni una polilla. No hay espectadores en este juego de máscaras de colores, de velos de humo y de espuma.

Di

Entre papeles
detrás de esta cortina
en el silencio del día
tus ojos siguen envolviendo mi
vientre
ansioso
vientre que espera tus manos
y tu lengua.

Se me ha hecho un nudo
nudo ciego
que mis dedos no quieren desatar
sólo arrastrarte al mismo lugar
a este que es mío
y es de nadie
donde todavía cabalgamos la noche.

Tu cuerpo
está en el mío
aunque estemos ausentes
y el hambre de vernos
nos devore las entrañas.

Termina de entrar
anida donde te parecía ficción
penetra mis silencios
desgarra este miedo
para que volvamos a empezar
como si no pasara nada.

8

Viajo a tu encuentro
con el estómago vacío,
los pulmones raídos
arrastrándome como una oruga
en la oscuridad y el aire.

Transito por esta tela de araña
sin miedo a caer presa
abriendo un ojo primero
otro después.

Te envuelvo en mi piel caliente
te necesito vivo esta vez.

Te beso/

violenta y
fugaz y
sedienta.

Mójame las orillas del vientre
desarma mi alma
que desde adentro
me desangro lento
y crece un río
debajo de mis pies.

13

Desconozco mi rostro
esta mirada,
ésta que supongo
es mi sonrisa.

No tengo
un cuerpo
solo
mío.

Me encierran estas
paredes de obsidiana
y no sé si es noche o
día apenas
una sombra
una silueta lejana
y esta voz
balbuceando palabras
que no sé si son palabras
(no hay lenguaje todavía
ni memoria).

Noche
noche noche.

Siempre igual
insomne
viajo
por este averno.

El nombre de mi padre
retumba en algún hueso
y no sé si
tengo madre.

109

tu silencio
inmensa luz

libélula de alas y
cuerpo cristalino

gotas de rocío/ojos/sueños
regreso al amor/
paz comprometida
noche/madrugada/
cuerpos/
luna/sol


tus manos tímidas/
labios temblando

entre los míos
piel/
herencia de hace tanto
tu voz/

barco que acorta
todas las distancias posibles.