2009/01/27

13

Desconozco mi rostro
esta mirada,
ésta que supongo
es mi sonrisa.

No tengo
un cuerpo
solo
mío.

Me encierran estas
paredes de obsidiana
y no sé si es noche o
día apenas
una sombra
una silueta lejana
y esta voz
balbuceando palabras
que no sé si son palabras
(no hay lenguaje todavía
ni memoria).

Noche
noche noche.

Siempre igual
insomne
viajo
por este averno.

El nombre de mi padre
retumba en algún hueso
y no sé si
tengo madre.

4 comments:

VERDE said...

La meditación es un viaje sin cadenas ni clavos. Un placer leerte. Saludos.

Vania B. said...

Mucho sentimiento, como siempre.

Anonymous said...
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Ambarviolenta said...

Verde: En efecto sin cadenas, un viaje interminable. UN descubrir en medio de la noche, nuevos estados, nuevas vertientes.
Vani, no me visitibas hace rataso. Bien que pasaste por acá...