El canto del gallo
rompe la noche.
¿Quiénes somos entonces?
No hay rostros.
Sólo la carne y los huesos,
la sangre
tu saliva en mi cuerpo
mi boca en tu cuello.
Nuestras manos,
reconociendo senderos.
No sabía quién eras.
No sabías quién era yo.
¿Quiénes somos ahora?
Habitantes comunes,
presos en el tiempo,
en los relojes de arena
del fin del mundo
donde la nada se anuncia,
y sólo permanecemos los dos,
quietos,
perfectos cómplices,
antiguos guerreros.
4 comments:
me encanto!..¿al final que sómos? siempre queda flotando esa pregunta...
Ganjar! Casi te me has vuelto fantasma. Dónde andas?
Gracias por la visita. Y en efecto, siempre queda flotando la pregunta del millón. Bexo y abraxo.
BUENISIMO... hermoso poema... ¿?
BUENISIMO... hermoso poema... ¿?
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