Noche.
Noche.
Noche eterna.
Me sobreviene el día,
la luz ha devorado la última estrella.
Un hilo antiguo me suspende,
no sé dónde apoyar mis pies.
Mi mente ha empezado a confundirse:
realidad/
ficciones/
sueños a medias/
lexotán/
poesía/
tu voz/
tu nombre.
¿Eres todavía mi amuleto de carne y hueso?
2 comments:
Ojala nunca necesitemos amuletos, ni de carne ni de metal para vivir.
está pesado este retrato del insomnio, no sé si felicitarte por la calidad poética o condolerme con el personaje
Post a Comment