2008/03/13

Manifiesto del mal blogger

En esta aburrida tarde, posteo este texto que encontré hace unos días, con el que estoy bastante de acuerdo.

Manifiesto del mal blogger

¡Bloggers del mundo, únanse a este manifiesto!

¿Están hartos de que les recuerden lo mal que llevamos nuestro blog?

¿Están hartos de los viejos consejos de siempre? ("escribe regularmente, ten una temática definida, haz entradas concisas", etc.)

Porque teniendo en cuenta que:

-Nunca vamos a conseguir miles y miles de visitas ni, muchísimo menos, ganar dinero con nuestro blog, ni conseguir el Pulitzer.

-No creemos que la calidad de un blog venga marcada por su número de visitas ni por la cantidad de páginas que lo enlacen.

-Sabemos y aceptamos que el 80% de nuestras visitas procederán de nuestros amigos, y estamos felices con ello (o como mínimo, nos conformamos).

-Y, sobretodo:

-No escribimos para satisfacer al lector, sino para satisfacer nuestras ansias de escribir y comunicar. Si sólo a diez personas les gusta nuestro blog, estaremos tan felices como si fueran 1.000.

Manifestamos que:

-El miedo a que un post no guste provoca una retorcida forma de autocensura que coarta nuestra libertad artística y comunicativa. Nosotros no somos medios de comunicación forzados a vigilar nuestra popularidad. Tenemos el privilegio de no tener por qué tener miedo al mercado ni a las críticas... ni al olvido. ¡No lo tengamos!

-Es posible que seamos felices si uno de nuestros posts se hace popular y se difunde por la blogocosa. Pero nos comprometemos a no buscarlo, ni escribiendo lo que consideraremos más popular, ni de ninguna otra forma.

-Somos personas complejas, no máquinas especializadas. Por ello, escribiremos aquello que nos parezca interesante compartir, sin importar su temática ni su idoneidad.

-Y, en resumidas cuentas:

Este es mi blog.

Yo me lo cocino, yo me lo como.

Si a alguien no le gusta, que no lo lea.


¡Si eres un blogger auténtico, haz de este manifiesto algo tuyo!

Si no te gusta parte del texto o te apetece añadir algo, cámbialo sin complejos.

No cites de dónde has sacado este manifiesto.

No digas quién ha escrito este manifiesto.

Ni se te ocurra poner un link a este post que estás leyendo, a no ser que sea para criticarlo o para anunciarlo sin hacerlo tuyo.

Es posible que estés leyendo este manifiesto en un blog y no sepas si lo ha escrito el dueño o no del blog. ¿Acaso importa?

2008/03/06

Medio al cuete...


Foto: Jan Saudek

No hay un título, tal vez ni un tema o una idea. Sí hay palabras dando vueltas por mi cabeza; sentimientos nuevos y viejos rondando mi corazón, lo que me lleva a sentir una inmensa necesidad de salir corriendo y terminar todo aquello cuanto quedó inconcluso. No hablo de proyectos con fines de lucro, o de las metas de inicio de año que ni se cumplen (bajar esos kilos demás, dejar de fumar o beber) o la realización de metas artísticas. Me refiero a esos "proyectos personales ligados al amor", a esos encuentros que de repente quedan colgando del espacio sin explicación alguna.
Hoy regresé a un lugar que dejé hace tiempo, cerrado, clausurado, casi en cuarentena. Reabrí las puertas y ventanas, me colé por los pasadizos secretos; reconocí cada detalle como mío, el olor, la textura de las paredes, el brillo en los ojos del gato escondido detrás de esos anteojos de intelectual. Reviví cada beso, cada abrazo, las caricias. La noche larga, la mitad de la madrugada y su ausencia en la cama; mi miedo al no sentir su presencia cerca. Ví los cambios, sentí el paso del tiempo. Más canas, más arrugas. De todas maneras, una suerte de amor aún latiendo, bien vivo, bonito, travieso y con algunos trazos de colores que han iluminado mis mejillas y mis labios tristes. Hoy desperté en un día bemol, y después me sorprende el pasado para volverse tan presente y dejarme flotando, volando feliz y sonrojada por un beso robado en medio de un discurso amoroso.