2006/12/11

Una vez más… “cantando, soñando…”

Este último jueves, dejando de lado las obligaciones, me fui al concierto de Llegas en el Municipal. A pesar de la lluvia y de un frío que empezó a hacerse sentir justo al salir de mi trabajo, pude llegar, feliz como cada vez que escucho o asisto a un concierto de una de mis dos bandas bolivianas preferidas (la otra es Gogo Blues).

Este concierto me trajo muchos recuerdos. El principal, el Escala de Mano, aquella iniciativa de Proaudio, donde tuve el gusto y el honor de trabajar y donde muchas de mis relaciones vitales se afianzaron o se iniciaron.

Estoy hablando de noviembre del 2000. Fue un despliegue de gente, entre músicos, organizadores, ingenieros de sonido, seguridad… Realmente, un gran evento, del que hasta hoy mantengo un nutrido anecdotario.

Llegas se presentó la segunda noche. Tuvimos que doblar función. Había tal cantidad de gente haciendo fila afuera del Teatro, que nos empezamos a preocupar, pues en determinado momento, los fans empezaron a impacientarse y no faltó quien empezó con las patadas en las puertas del recinto. Las señoras de la boletería estaban muy nerviosas y en eso llegó alguien, creo que fue Walter Gómez y se optó por la función de noche. Creo que nadie imaginaba tal éxito. Dobletear un acústico no es tarea fácil; sin embargo, el Grillo decidió hacerlo, por supuesto con todas las pilas de sus músicos. Sabíamos que sería más trabajo, más horas, más control, más explicaciones al Director del teatro. Pero la emoción de sentir que lo que estábamos haciendo fue una super movida, creo que nos alentó a todos.

No sé si el Grillo se acuerda, pero pasó algo tan divertido. Resulta que al final del concierto de tanda, para cerrar anunciaron Raquel, una de mis preferidas. Entonces, le pedí al cuerpo de seguridad que por favor me cubrieran si hacía falta y yo me escapé un cachito a la platea, para escuchar la canción. Justo cantaba Oscar García y el Krauss, por ende no me iba a perder la versión en vivo.

En mitad de la canción, uno de los chicos de seguridad me toca el hombro y me dice: la llama el Arquitecto (director del teatro). Dice que se trata de algo demasiado importante. Renegando, por supuesto, subí a la oficina del Arqui y a la entrada veo sentaditos a un chico y una chica. No tenían ni 18. El jefe de seguridad estaba ahí junto a ellos. Resulta que este par de perlas, morían por escuchar Raquel, pero no tenían entradas. No tuvieron mejor idea que meter de una patada la puerta que conecta el Teatro de Cámara con el Municipal. La señora de la limpieza los vio y obvio, los acusó. Pobres chicos, tuvieron que cumplir con unas tareas impuestas por el Arquitecto para reivindicarse y evitar ir presos.

Como esa, hay miles de historias. La otra es mejor. La última noche, al finalizar el concierto de Pateando al Perro, un amigo me preguntó, en qué podía ayudar. Le dije que teníamos que recoger todo, los cables, los equipos y llevar todo a Proaudio. Yo estaba con Oscar en el escenario, conversando con el director del teatro, y en eso veo al chango este cargar el busto de Alberto Saavedra Pérez que estaba en el lobby. Fue caricaturezco, pues este flaquito cargaba un peso superior a sus fuerzas, cosa que sólo le pudo haber permitido la ingesta excesiva de alcohol. Tuvimos que marearle la perdiz al Erqui y yo salí disparada a detener al casi ratero que iba a terminar fija en cana si lo pillaban. Al final terminamos todos en una “fiesta inolvidable” en Proaudio.

Esta vez, durante todo el concierto, eléctrico (la segunda), recordé todas estas cosas y también extrañé la presencia de mi amiga Rocío en el escenario.

Me sorprende esta nueva banda, pues se trata de músicos realmente profesionales, muy buenos todos ellos. Benjamín Chambi, me impactó, definitivamente. Creo que ha alcanzado una madurez musical muy importante. Lo digo porque he seguido su tránsito por los distintos escenarios, con distintos grupos. Al margen de tocar la bata como un ídolo, canta, y lo hace bien, “cubriendo” las partes en que se necesitan voces femeninas.

Me quedo con la impresión de un Rodrigo Villegas mucho más sólido como músico. Esto lo noté durante todo el concierto, no solamente mientras tocaba la guitarra, sino también cuando se lanzó a interpretar dos temas él solito con su teclado. Especialmente “SOLA”, me dejó gratamente impresionada, pues no es un tema fácil y aún así, le metió nomás, de bolas. A este chico no se le agotan los recursos.

Otra vez, Llegas me trasladó a lugares maravillosos de mi memoria y de mi vida. Al Soca, a mis épocas de universidad, a toda esa gente linda que conocí al ritmo de más de una canción del Villegas.

Percibí también a un Rodrigo más alegre, más tranqui, tal vez más grande (no por los años, je). Creo que hasta brilla un cacho. No sé qué será, tal vez es que su corazón está lleno.

Le decía a la amiga con quien fui, que siento mucho orgullo por mi amigo, por el profesional que es y por la música que hace. Creo que es un músico bien plantado en la escena del rock boliviano. Son como 16 años que toca (no tengo un dato así super exacto) y siempre ha mantenido la excelente calidad en su música y sus letras, creo que para pesar de muchos (siempre leo comentarios con tan mala onda en su página y su blog…). No es fácil mantenerse en este mercado, con poca plata y con tantas cosas que le han pasado… Igual sigue creando, manifestando esa parte de su esencia que es realmente muy fuerte.

Si me pongo a escuchar todos los discos, desde el Huye (que gracias a Dios encontré en santa Cruz hace un par de años) hasta el Hidrometeoros, puedo decir (aunque no sé mucho de música), que ha habido una evolución bastante importante. Creo que su último trabajo es una muestra de las ganas de explorar nuevas melodías y armonías.

Me alegra que Rodrigo me arranque tantas palabras. Me pasa algo similar con Gonzalo Gomez, tema para otro post.

Salud Villegas! Esperaré ansiosa el DVD.

5 comments:

Estido said...

¡Qué paja! Yo no pude ir. En fin, en otra será. Buenas anécdotas; me he despanzado de risa con la del "casi ratero".
Es un gran músico, ni duda cabe. La exploración, íntima, desde su perspectiva, de formas y ritmos típicos de bolivia ha generado un gran disco. Ya poniendo más atención a los otros discos, he encontrado algunas canciones con aires autóctonos. La cosa se venía gestando, por lo visto y oído.
Un abrazo.

Anonymous said...

Jejej....adivina adivinador, el "casí ratero" es un crítico literario al que le encantan las mariposas...
Igual me dió bronca no ir...pero este sábado tenemos que estar todos para reventar el equi..
Un beso

Ambarviolenta said...

El resto de anécdotas, en vivo, chela en mano...

Sakura said...

Realmente hubiera querido ir!!!, pero creo que los dioses se pusieron en contra para que lo haga... =(

jajajajaja, realmente esas anécdotas dan para una noche de chelas y larga charla!!!

Saludos... =)

Edu said...

Che, yo me acuerdo de ese concierto del 2000, ya me imagino a los changos botando la puerta del teatro de cámara...